El invernadero corporativo


Desde el día que fui a la entrevista en donde trabajo actualmente, me llamó la atención ver la cantidad de plantas que habían en la entrada del edificio.

Una vez comencé a trabajar allí, he ido observando para averiguar cuáles son las manos que están detrás de, como me gusta llamarle, “el invernadero corporativo”.
Finalmente, lo descubrí al ver reiteradas veces a la señora que saludo todos los días que trabaja en la recepción, sembrando, trasplantando y hasta haciéndole tours a los trabajadores para mostrar su colección.


Hoy he tenido la oportunidad de acercarme a hablar con ella y me ha contando que tiene 12 años trabajando allí.

Desde el principio ha tenido plantas. Antes eran pocas, pero ahora tiene 42 en la entrada del edificio que comparten piso con plantas artificiales, que había puesto originalmente la administración del edificio.

Ella llevó algunas plantas pero la mayoría han sido regalos de los empleados. Algunos se van y le dejan la planta que los acompañaba en sus escritorios, también le llevan esquejes y otros le piden ayuda para que por favor reviva a sus plantas. Estas últimas están en la UCI (unidad de cuidados intensivos) como ella le llama.

Hasta se ha hecho amiga de los jardineros quienes le han dado tierra y macetas. Definitivamente las plantas naturales han ido desplazando a las artificiales, que con disimulo las desea ir escondiendo. ⠀

He prometido llevarle esquejes de mis plantas, porque también quiero apoyar su iniciativa de hacer el edificio donde trabajamos un lugar acogedor en el que ella, y sus plantas, reciben a todos con cariño cada mañana.



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