La historia de las plantas de interior


Seguramente estás acostumbrado a escuchar con frecuencia el término “plantas de interior”, pero la realidad es que las plantas de interior no existen, porque todas las plantas son de exterior.

Entonces ¿por qué les solemos llamar plantas de interior? con el paso de la historia los seres humanos nos hemos dado cuenta de que si recreamos las condiciones en las que se encuentran las plantas en su hábitat natural podemos lograr su cultivo en interiores. 

Lo que quiere decir que, por ejemplo, sería imposible cultivar una Maranta leuconeura en nuestro jardín en Barcelona los 365 días del año ¿por qué? porque es un planta originaria de Brasil que necesita una condiciones específicas para su crecimiento: temperaturas cálidas, elevada humedad ambiental, y luz tamizada.

Por lo que si dejáramos a nuestra Maranta en exterior durante el invierno ésta se congelaría y moriría, pero si la cultivamos en una maceta y dentro de nuestras casas podemos recrear las condiciones atmosféricas ideales para tener una Maranta leuconeura en todo su esplendor.


Es por esa razón que gracias a la globalización de especies del reino vegetal podemos conseguir con facilidad una Maranta leuconeura que proviene de Sudamérica en Europa y que seguramente esa especie fue cultivada en un lugar más próximo a España, tal vez hasta en el mismo país.

Aunque hoy en día podamos sentir que el cultivo de plantas en interior es más grande, está de moda, y tiene mayor importancia. La realidad es que nuestro amor por las plantas comenzó desde hace muchos siglos atrás. 

Los egipcios cultivaron plantas en sus casas y los romanos fueron expertos cultivando plantas en macetas. En el siglo XVII André Le Nôtre, fue quien creó los jardines del palacio de Versalles. Los árboles los plantaban en macetas para poder cubrirlos en los fríos inviernos y así preservarlos durante todo el año.

En el siglo XIX el interés por las plantas de interior creció con rapidez y hoy en día se lo debemos en gran parte a las clases sociales adineradas de la era victoriana. Quiénes comenzaron a coleccionar plantas exóticas en invernaderos y enviaban a botánicos para que les trajeran nuevos ejemplares a sus casas. 

Los exploradores de plantas realizaban viajes por todo el mundo en búsqueda de nuevas especies. Muchas veces las plantas sobrevivían al viaje pero la gran mayoría moría en los largos, atareados, y lentos traslados. 


Hasta que, el médico inglés, Nathaniel Bagshaw Ward consiguió una solución. Una caja de vidrio hermética que protegía las plantas de la contaminación, los cambios de temperatura, y el rocío del mar. A su vez permitía el paso de la luz y conservaba la humedad que la planta necesitaba. Se les dio el nombre de “cajas de Ward”, se pusieron de moda y se fue mejorando el diseño para utilizarlas en las casas de los más adinerados.

¿Conocías algo de historia sobre las plantas de interior? ¿Qué te ha parecido?


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